Comparativa de los principales países europeos en cuanto a privacidad y complejidad

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Recientemente Database Network Associates ha publicado un estudio en el que se analiza la complejidad del cumplimiento en las normativas de Protección de Datos y la privacidad de la que se disfruta en los principales países de la Unión Europea en función de sus normas.

Database Network Associates (DNA) es una red de expertos europeos en soluciones orientadas a la gestión de bases de datos, que estudia y analiza las leyes sobre la privacidad y los mecanismos de control en los distintos estados europeos, con la finalidad de informar a sus miembros sobre las posibilidades de realización de campañas de marketing directo y la utilización de sus bases de datos en cada uno de ellos.

 

Para la realización de este estudio se han tomado como referencia los diferentes aspectos legales que concurren en cada país, tales como el nivel de control por parte de los organismos competentes, las sanciones por incumplimiento de las leyes, la documentación necesaria a aportar y otras obligaciones que vienen impuestas por las normas de cada estado.

Como era de esperar, España no sale muy bien parada en cuanto a la dificultad de cumplimiento normativo, pero sí obtiene buena nota en cuanto a la privacidad existente. En el gráfico se puede ver que España se sitúa en el vértice superior derecho, lo que indica que tiene un alto grado de privacidad, lo que en principio es algo positivo para los ciudadanos de nuestro país, pero, a la vez, tiene el máximo grado de dificultad para el cumplimiento normativo, lo cual no supone una buena noticia para las empresas que operan aquí, puesto que les obliga a una mayor inversión, tanto económica como en tiempo y recursos, que en el resto de los estados de su alrededor.

Llama especialmente la atención que el Reino Unido sea el lugar donde confluyen tanto una menor complejidad para el cumplimiento de las leyes como una menor privacidad y, sin embargo, no sea popularmente considerado un lugar donde corra serio peligro la intimidad de las personas.

 

Se puede ver también que los países nórdicos se toman muy en serio el tratamiento de la información personal y aparecen como los estados en los que se da una mayor importancia a la privacidad, mientras que, además, han conseguido no endurecer demasiado el aspecto normativo, con lo que pueden ser considerados como ubicaciones propicias para mantener dispositivos de seguridad en la información.

Otro de los datos más llamativos que presenta el estudio es la posición que ocupa Irlanda. Se puede ver que mantiene un grado de complejidad en el cumplimiento normativo muy alto, incluso se podría decir que excesivamente alto comparado con el grado de privacidad que ofrece. Pero ¿Qué supone esto en la práctica? Pues la realidad nos dice que la mayoría de los gigantes tecnológicos se han instalado allí. Es en Irlanda donde mantienen su sede europea compañías como Google, Microsoft, Oracle o Yahoo!. Y son precisamente este tipo de empresas las que están siendo más cuestionadas con respecto al tratamiento de la información que hacen. Casi todos los organismos europeos de control de esta normativa tienen puesto el foco sobre estas organizaciones, para tratar de garantizar un buen uso de los datos que sus ciudadanos les facilitan.

Este análisis tiene consecuencias que pueden ir mucho más allá de la simple visión del estado de las cosas, ya que puede ser un aspecto importante a tener en cuenta cuando una empresa decida iniciar su actividad en Europa. Puede decidir, en función de la ubicación en la tabla de cada país, dónde radicar su actividad, dependiendo del tipo de información que vaya a almacenar y el tratamiento que de ella se vaya a realizar, puesto que cada vez cobra más importancia la seguridad en la información y es un aspecto que se relaciona directamente con la pérdida de competitividad en el caso de entornos muy complejos o la adquisición de una ventaja competitiva en lugares con normativas más laxas.

En el horizonte cercano, no obstante, aparece el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos, que pretende unificar este complicado entramado, para que todos los estados de la Unión Europea jueguen con las mismas reglas y se atengan a las mismas condiciones. Puesto que el borrador conocido de este Reglamento se orienta hacia una vía bastante garantista para el ciudadano, contemplando importantes sanciones en casos de incumplimiento, está sufriendo innumerables presiones por parte de quienes se pueden considerar afectados; especialmente las compañías tecnológicas a las que antes se hacía referencia.

 

Carlos Barbero Fernández